Las masacres son acciones violentas que se
ejecutan en el contexto de guerras entre
ejércitos regulares, guerras civiles, insurgencia guerrillera, yihadismo y guerras entre organizaciones del crimen
organizado. En muchos países, a lo largo de la historia, han ocurrido masacres.
Basta mencionar a Ruanda, República Democrática
del Congo, México, antigua Yugoslavia, Guatemala y Colombia.
Las masacres se ejecutan con aplicación de
una violencia desmedida, donde las víctimas se encuentran
en estado de indefensión. Como lo señala Andrés Suárez en su artículo La
sevicia en las masacres de la guerra colombiana, “las masacres no son
exclusivas del repertorio de violencia de la guerra, sino que se extienden
hasta la criminalidad organizada y la intolerancia social. Se supone además que
cuando hay una guerra se produce una segmentación del monopolio de violencia
dentro de un territorio, lo que vuelve más probable la irrupción de múltiples
violencias”.
Algo que caracteriza a las masacres es que
son acciones premeditadas y planificadas, y buscan crear terror, sembrar miedo,
enviar mensajes de intimidación, provocar el desplazamiento de los habitantes
de un territorio y permitir el control de
territorio por parte de quien ejecuta la masacre. Un territorio es
objetivo de control cuando sus características,
en términos de recursos naturales, acceso a rutas estratégicas y
potencialidad para servir de refugio y base de operaciones, así lo aconsejan. Las
masacres han servido, también, para tomar control de los territorios. Lo único
es que, al decir de Blair, “la masacre
apunta a la destrucción total. Ella es la teatralización del exceso”.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve