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lunes, 2 de diciembre de 2024

Georgia: de la decisión electoral a la situación geopolítica

Cada vez que se pone de manifiesto a nivel de la opinión pública una situación geopolítica, es importante precisar qué proceso o evento ha dado lugar a tal situación. Este es el caso de lo que está ocurriendo en Georgia, país ubicado en los territorios fronterizos entre Europa y Asia, que le dan un valor estratégico clave. Estar rodeado por Rusia, Turquía, Armenia y Azerbaiyán, además de bordear las aguas del mar Negro, dice bastante de este pequeño país, de unos 70 mil kilómetros cuadrados y cerca de 4 millones de habitantes.

Georgia: de la decisión electoral a la situación geopolítica


El caso es que durante los últimos días, en las principales ciudades de Georgia, se ha dado una serie de protestas por parte de los habitantes georgianos partidarios de la incorporación de su país a la Unión Europea, oponiéndose a la decisión gubernamental de congelar las negociaciones en este sentido hasta el año 2028.

El gobierno de Georgia, liderado por el primer ministro Irakli Kobajidze, tomó tal decisión luego del triunfo de su partido Sueño Georgiano en las elecciones parlamentarias de octubre pasado, contraviniendo la línea proeuropea de la presidenta, Salomé Zurabishvili, del partido Camino de Georgia.

En Georgia, de la decisión electoral se ha pasado a la situación geopolítica. Ocurrió un evento electoral que arrojó unos resultados favorables a Sueño Georgiano, los cuales han sido cuestionados por los partidarios de Camino de Georgia. Así las cosas, han entrado a posicionarse a nivel de la opinión pública dos versiones contrapuestas, que al mismo tiempo reflejan diferentes orientaciones con relación a la vinculación o no de Georgia a la Unión Europea o a Rusia. Se está en la fase de protestas en las calles, con la consiguiente acción represiva por parte del gobierno. Se está entonces en el desarrollo de una peligrosa situación geopolítica, en el desarrollo de las rivalidades de poder en el territorio.

 

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

miércoles, 9 de octubre de 2024

Irán en un punto de inflexión

La República Islámica de Irán está en estos días de octubre de 2024 en un momento de punto de inflexión, cuyo desenlace puede significar un paso hacia adelante o varios pasos hacia atrás. Porque se trata de un fuerte pulseo que está sosteniendo, desde el punto de vista militar, con la alianza Israel-Estados Unidos, en medio del creciente conflicto que tiene como epicentro a la Franja de Gaza y que se extiende a  Cisjordania, Libano, Siria, Irak y Yemen, con la posibilidad cierta de involucrar a otros países.

Irán en un punto de inflexión


Irán está jugando la carta de la disuasión con base en la capacidad de respuesta militar que está mostrando  ante la ofensiva desplegada por Israel-Estados Unidos, que amenaza con arrasar con buena parte del Medio Oriente o Asia Occidental. Si Irán logra dar respuestas disuasivas y de contención, habrá dado un paso hacia adelante, pero si es vulnerado con la destrucción de sus instalaciones petroleras y nucleares, habrá retrocedido varios pasos hacia atrás.

De la reafirmación del poder militar de Irán dependerá en buena medida la estabilidad de toda la región, tomando en cuenta la posición estratégica que este país tiene. Basta mirar un mapa para darse cuenta de las implicaciones que los acontecimientos en Irán tienen para Irak, Turquía, Armenia, Azerbaiyán, Turkmenistán,  Afganistán, Pakistán, el Mar Caspio, el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán.

Sin duda que el hecho que representa el punto de  inflexión en que se encuentra Irán, es tal vez de lo más significativo desde el punto de vista de la dinámica geopolítica mundial. No hay otro escenario en estos momentos que convoque a una suma de esfuerzos políticos y diplomáticos para evitar que lo que está ocurriendo en torno a la República Islámica de Irán tenga un desenlace catastrófico. Tan sencillo como eso.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

domingo, 7 de julio de 2024

Los Lobos Grises en la Eurocopa

Finalmente el equipo de fútbol de Turquía cayó derrotado en cuartos de final de la Eurocopa 2024 ante la selección de Países Bajos. En la alineación inicial turca no figuró el defensa Merih Demiral, ya que la UEFA lo había suspendido por dos fechas, debido a que en la celebración de uno de los dos goles que marcó ante el combinado de Austria, levantó los brazos e hizo con sus dedos  la señal de los Lobos Grises.

Los Lobos Grises en la Eurocopa


La sanción a Demiral se produjo en cierta forma por presión del gobierno alemán, ya que la organización Lobos Grises es considerada de extrema derecha y violenta, tomando en cuenta que en Alemania se vive un recrudecimiento de las tendencias políticas extremas, unido a la presencia de una numerosa comunidad de habitantes de origen turco residente en este país.

La señal que hizo Demiral es muy común en la población de Turquía, y la hace tanto la gente común como líderes políticos, incluido el presidente Recep Tayyip Erdogan. Se recuerda en estas tierras de América Latina la ocasión en que, en abril de 2022, el entonces canciller turco Mevlut Cavusoglu, de visita oficial en Uruguay, hizo la señal de los Lobos Grises justamente frente a los activistas de la colonia de origen armenio residente en Montevideo.

El caso es que la señal de los Lobos Grises expresa unas ideas y una visión geopolítica. Tiene que ver con los orígenes de la nación turca, con la reivindicación del Imperio Otomano, con un nacionalismo turco que al mismo tiempo rechaza lo no turco, es decir, todo aquello que rodea o está próximo al territorio de Turquía, vale decir, lo chipriota, lo griego, lo armenio, lo kurdo, lo persa, etc. Por esto, lo de Demiral tal vez pase como una ocurrencia en medio de un evento deportivo, pero que sin duda será recordada y reinvindicada por todos los lobos grises que circulan en ese vasto territorio estratégico de la Turquia actual y más allá.

 

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

lunes, 26 de junio de 2023

Importancia geopolítica del mar Negro

 Recientemente una comisión conformada por gobernantes y funcionarios de alto nivel del continente africano visitó Rusia y Ucrania, para reunirse con los presidentes Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, y pedirles (rogarles) que pongan fin a esa guerra entre eslavos que ya dura más de un año, y que está afectando severamente a las poblaciones africanas, debido a las dificultades que tienen para acceder a los granos y fertilizantes provenientes de estos dos países en conflicto. 

Lamentablemente la mencionada comisión sólo recibió  explicaciones de por qué el conflicto ruso-ucraniano no tiene posibilidades de finalizar por los momentos.

Importancia geopolítica del mar Negro


Las razones de carácter geopolítico que habrán esgrimido tanto Putin como Zelenski, seguramente que tienen mucho que ver con lo que representa el mar Negro, un espacio marítimo con una extensión superior a los 400 mil kilómetros cuadrados (la mitad de la de Venezuela), litoral de Bulgaria, Rumania, Ucrania, Rusia, Georgia y Turquía, y desembocadura de ríos como el Danubio, el Dniéper, el Dniéster y el Kubán.

El caso es que el acceso al mar Negro es objeto de disputa entre Rusia y Ucrania, ya que éste es conectado desde el mar de Azov (litoral de la región oriental de Ucrania y objetivo geopolítico principal de Rusia) a través del estrecho de Kerch, y desde los puertos de la península de Crimea (en manos de Rusia desde el año 2014 y objetivo geopolítico de recuperación de Ucrania). 

Desde el mar de Azov y desde Crimea se sigue entonces, a través de las aguas del mar Negro, rumbo a jurisdicción de Turquía (pasar por el estrecho de Bósforo, para llegar al mar de Mármara, y luego pasar por el estrecho de Dardanelos), para llegar al mar Egeo y luego al mar Mediterráneo, y acceder así a los mercados del mundo. Sin duda, una razón de peso para entender el conflicto ruso-ucraniano.

Por Alfredo Portillo

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lunes, 11 de abril de 2022

Geopolítica sobre los escombros de la Unión Soviética

La televisora alemana DW ha difundido un documental titulado “Geopolítica sobre los escombros de la Unión Soviética”, que explica, de manera resumida, el proceso geopolítico que se desató (y continúa en la actualidad) en los territorios de lo que fue la Unión Soviética, una unidad geopolítica que existió como tal entre 1922 y 1991, y que llegó a ocupar una extensión territorial de más de 22 millones de kilómetros cuadrados, habitada  por casi 300 millones de seres humanos. 


 

El contenido del documental de la DW cobra importancia en la actualidad, por el momento que se vive a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania, que no es sino un episodio más del proceso geopolítico que se desató con la disolución de la Unión Soviética. ¿Qué hacer ahora es la pregunta que se hicieron en ese momento los pueblos y gobernantes de los países que conformaban la Unión Soviética? Comenzando por los 25 millones de rusohablantes que, de la noche a la mañana, se vieron en la situación de ya no tener la nacionalidad soviética, ni rusa, sino estonia, lituana o ucraniana.

En apenas 30 años son muchos los cambios que se han producido. Los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) miraron hacia el oeste, hacia Europa, hacia la Unión Europea y hacia la OTAN, para alejarse de Rusia. En tanto que los países de Asia Central (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenikstán y Uzbekistán) han procurado reafirmarse en sus particularidades identitarias de carácter étnico, lingüístico y religioso, basculando entre la influencia de Rusia y la influencia de China.

Y para terminar de armar este rompecabezas, los países caucásicos (Armenia, Azerbaiyán y Georgia), con sus conflictos internos y entre sí, moviéndose entre el Mar Negro y el Mar Caspio, debatiéndose entre la influencia de Rusia y la influencia de Turquía. Para completar con Bielorusia y Ucrania, donde se decide la razón existencial de Rusia.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

viernes, 30 de octubre de 2020

El protagonismo de Turquía

El presidente de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha presentado una demanda en un tribunal de Ankara contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, luego de que este medio de comunicación publicara una caricatura burlesca que hacía referencia a él.

Como se sabe, dicha caricatura ha sido publicada en medio de la polémica desatada por el presidente francés, Emmanuel Macrom, quien, en el homenaje póstumo que se le rindió al profesor Samuel Patty, defendió el uso de las caricaturas de Charlie Hebdo, como una muestra de la libertad de expresión que se ejerce en Francia



Después de las declaraciones de Macrom, el líder turco arremetió enojadamente,  al punto de decir que el presidente de Francia estaba mal de la  cabeza y que sufría de insania mental, y llamó a los musulmanes del mundo a boicotear los productos franceses, y en defensa de la fe islámica.

Ese tono altisonante utilizado por el presidente turco forma parte de un cierto protagonismo que se ha venido observando durante los últimos años, por parte de Turquía, y que  ha cobrado fuerza desde el fallido golpe de Estado contra Erdogan, en julio de 2016, que llevó luego a una severa purga en los diferentes poderes e instituciones de la nación heredera del Imperio Otomano.

Desde entonces, y hasta el presente, la voz y presencia de Turquía en el mundo  son cada vez más notorias. No por casualidad ha ocurrido la conversión en mezquita de la antigua basílica de Santa Sofía en Estambul, o la participación de tropas turcas en los conflictos armados de Siria, Libia y Armenia-Azerbaiyan, o la presión que ejerce el gobierno turco contra Grecia y Chipre en el Mediterráneo, o las múltiples alianzas que ha construido Turquía con Rusia, Irán y algunos países de América Latina como Chile, México y Venezuela. Pisa fuerte Turquía en el césped geopolítico del mundo.

 

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

domingo, 12 de julio de 2020

El Islam vuelve por la Basílica de Santa Sofia


Coincidiendo con los 25 años transcurridos desde que se perpetró la masacre de Srebrenica, en Bosnia-Herzegovina (antigua Yugoslavia), en la que 8 mil bosnios musulmanes fueron asesinados por fuerzas militares serbobosnias, al mando de Ratko Mladic, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha firmado un decreto para convertir en mezquita la basílica bizantina de Santa Sofía (Santa Sabiduría), ubicada en la ribera  occidental del río Bósforo, en Estambul.

Islam vuelve por la Basílica de Santa Sofia


Las reacciones desde el mundo cristiano no se han hecho esperar. El Papa Francisco dijo sentirse muy afligido por la decisión del presidente turco, al tiempo que el Consejo Mundial de Iglesias manifestó que Erdogan ha dañado la imagen de Turquía, con la conversión de la basílica en mezquita.

Sin duda que este es un caso muy interesante desde el punto de vista de la geopolítica de las religiones. Es un buen ejemplo de lo que significa una visión geopolítica, es decir, aquello que determinados actores piensan acerca del uso que se le debe dar a una porción de territorio. También es un ejemplo de lo que es un fenómeno geopolítico, aquel que surge a partir de determinados eventos y acontecimientos, y se traduce en rivalidades de poder por el territorio.

Inaugurada en el año 360 de la era cristiana, sirvió  hasta el año 1453 como catedral ortodoxa bizantina del rito oriental de Constantinopla, para luego ser  transformada en mezquita, después que se produjo la conquista de esta ciudad fortaleza por parte de los turcos otomanos, estatus que mantuvo hasta el año 1931, cuando por decisión del mandatario turco Mustafa Kemal Ataturk, fue convertida en museo.

La decisión de Erdogan se produce en medio de la situación política interna de Turquía y de la proyección externa de este país. Las fuerzas nacionalistas, islamistas, neootomanistas y panturquistas que prevalecen en Turquía, han jugado un papel decisivo para que el anhelo de una gran parte de la población turca se haga realidad. El triunfo alcanzado por Erdogan en el año 2018, con el apoyo del Partido de la Justicia y el Desarrollo y del Partido de Acción Nacionalista, fue el disparador de los acontecimientos que se están sucediendo. Las páginas de este nuevo libro apenas comienzan a escribirse.

Por Alfredo Portillo
alportillo12@gmail.com

domingo, 4 de noviembre de 2018

El azar geopolítico de Jamal Khassoggi

Jamal  Khassoggi fue un periodista saudita, de 60  años de edad, que falleció el 2 de octubre de 2018 en la sede del  consulado de Arabia Saudita en Estambul (Turquía), luego de haber sido torturado y descuartizado por un grupo de agentes sauditas. Había nacido en Medina, el 13 de octubre de 1958, y durante los últimos meses publicó  una columna semanal  en el prestigioso diario estadounidense The Washington Post.

El azar geopolítico de Jamal Khassoggi


Khassoggi murió como resultado de lo que se podría llamar un azar geopolítico, toda vez que se atrevió a desafiar al régimen monárquico que gobierna en Arabia Saudita, al  pronunciarse en contra de la falta de democracia en su país,  y de la agresión armada que fuerzas militares sauditas han venido perpetrando  en la República de Yemen. Khassoggi estaba en la mira de las autoridades sauditas, en tanto que se le vinculaba con  los islamistas de la  Hermandad Musulmana,  y cercano al gobierno turco que preside Recep Tayyip Erdogan.

Sobre este caso dos valiosos artículos han sido publicados recientemente, los cuales ilustran la trama que está detrás de la muerte de Khassoggi. El primero de ellos está escrito por Hanna Fisher, titulado “El brutal asesinato de Khasssoggi: dilema entre moral y geopolítica”, en el que se explica claramente la impunidad con la que actúa el régimen saudita, ya que su peso geopolítico, basado en su riqueza petrolera, lo hace inmune a cualquier crítica o censura que provenga de las potencias democráticas occidentales. El otro, escrito por Faisal Devji, titulado “Jamal Khashoggi and the competing visions of Islam”, da cuenta de las rivalidades de poder,  que en el marco de la región del Medio Oriente, existen entre el gobierno islamista republicano de Turquía, y el régimen monárquico absoluto islámico de Arabia Saudita.

Jamal Khassoggi echó lo dados, al azar, y perdió.

Por Alfredo Portillo

alportillo@ula.ve

lunes, 12 de diciembre de 2016

Complejidad geopolítica de Siria

El territorio de la República  Árabe  Siria es  escenario de una acentuada  complejidad geopolítica. Es un buen ejemplo para  aplicar el concepto lacostiano (Ives Lacoste) de geopolítica, entendida como las rivalidades de poder y de influencias entre diferentes fuerzas  políticas que tienen por objetivo el control, la conquista, la defensa o la utilización de un territorio.

Complejidad geopolítica de Siria

Con una extensión de 185.180 km² y con una población de unos 23 millones de habitantes, equivalentes a 1/5 y 2/3  las de Venezuela, respectivamente, el territorio sirio está emplazado en el contexto geográfico de Oriente Próximo, circundado al norte por Turquía, al este por Iraq, al sur por Jordania e Israel y al oeste por el Mar Mediterráneo.
Desde el punto de vista político-administrativo, el territorio sirio está dividido en catorce provincias, siendo las más pobladas Damasco al sur, Tartus y Latakia al este y Alepo al norte. La población que habita en estas catorce provincias puede ser regionalizada según la tendencia religiosa a la que pertenece, tanto del islam, como del cristianismo y de otros credos. Igualmente puede ser territorializada de acuerdo con las diferentes etnias que se pueden identificar.
Según el mapa anexo, el territorio sirio está en la actualidad geopolíticamente fragmentado. Cuatro grandes fuerzas políticas tienen control absoluto o relativo de porciones específicas de éste: las fuerzas pro-gobierno, las fuerzas anti-gobierno, las fuerzas kurdas y las fuerzas del Estado Islámico. Cada una de estas fuerzas tienen aliados extraterritoriales: Estados Unidos, Unión Europea, Rusia, China, Turquía, Arabia Saudita, Israel, Qatar, etc. Un escenario, sin duda, complejo en el presente, y que será complejo en el futuro.

Por Alfredo Portillo

alportillo@ula.ve

lunes, 31 de octubre de 2016

Asia Central: una región asediada

En su artículo “Où  va  l’AsieCentrale ?  Entre  Chine,  Russie  et  Islam”, publicado en www.diploweb.com, René  Cagnatanaliza la región de Asia Central, a la luz del juego de presiones que ejercen diferentes potencias mundiales y regionales  sobre este estratégico espacio geográfico.

Asia Central: una región asediada

Para Cagnatla región de Asia Central está conformada por los cinco países del Turkestán exsoviético, es decir (en orden decreciente de superficie en km²), Kazajistán (2.725.000), Turkmenistán (488.000), Uzbekistán (447.000), Kirguistán (200.000) y Tayikistán (143.000), además de Afganistán (652.000) y la región china de Sinkiang (660.400). En conjunto, es un espacio geográfico en el que confluyen las culturas ruso ortodoxa y túrquica musulmana.
Como se puede apreciar en el mapa anexo, Asia Central es una región asediada desde diferentes ángulos. India ejerce presión sobre Afganistán. Estados Unidos se proyecta desde el oeste hacia Uzbekistán y desde el sur hacia Afganistán. China extiende sus tentáculos hasta Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán. Turquía centra sus intereses en Kirguistán y Turkmenistán. Pakistán deja sentir su influencia islámica en Kirguistán, Tayikistán y Afganistán. Irán tiene un anclaje en la minoría chiita de Tayikistán. Y Rusia se apoya en las minorías rusas presentes en Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Todas las presiones combinan elementos culturales, religiosos, lingüísticos, económicos, diplomáticos y militares. El objetivo común es uno solo: petróleo, gas y minerales.

Por Alfredo Portillo

alportillo@ula.ve

martes, 19 de julio de 2016

Turquía: asonada militar y geografía electoral

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención del  desenlace que tuvo la asonada militar que pretendió derrocar al gobierno  de Turquía que preside Recep Tayyip Erdogan, es la resistencia que el pueblo turco presentó  a las fuerzas insurrectas. Ante un llamado de Erdogan, los turcos se lanzaron a las  calles para evitar que la asonada se consumara.
Turquía: asonada militar y geografía electoral

Si se le quiere dar una explicación a la actitud que asumió  buena parte de la población turca, ante tal amenaza militar, habría que buscarla en la base electoral que tiene el  Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP en turco), la organización política que respalda a Erdogan.
Resulta ser que en las elecciones legislativas que se realizaron en Turquía en diciembre del 2015, el AKP obtuvo la mayoría en 46 de las 81 provincias en que se divide el territorio del Estado turco, y en 32 de ellas, con una votación superior al 60% de los sufragios.  Adicionalmente, en las dos provincias más pobladas, Estambul y Ankara, la votación obtenida en ambas fue del 49%, y en Bursa, la cuarta provincia más poblada, la cifra fue de 54%, en tanto que en Goziantep, la sexta más poblada, la votación obtenida por el AKP fue del 62%.
Los datos mostrados anteriormente son una prueba más de que muchos acontecimientos políticos pueden ser mejor entendidos, si se analiza el territorio donde ocurren, ya que éste está conformado por una variada gama de elementos, entre los que está la población que lo habita y sus preferencias electorales.

Por Alfredo Portillo

alportillo@ula.ve

jueves, 10 de marzo de 2016

Armenia mira hacia el este

La República  de Armenia es un país enclavado en la confluencia de pueblos y culturas de la llamada región del Cáucaso, entre el Mar Negro y el Mar Caspio. Limita al norte con  Georgia, al sur con Irán y la República Autónoma de Najicheván de Azerbaiyán, al este con Azerbaiyán y al oeste con Turquía. Tiene una superficie cercana a los 30 mil km² y una población que se aproxima a los 3 millones de habitantes.
Armenia mira hacia el este

Desde el punto de vista geopolítico, se puede decir que Armenia mira hacia el este. Así se desprende del aporte que hace JorisVarjebadian en su artículo “Arménie: non à l’UEoui à l’UEE”, recientemente publicado en www.diploweb.com. Y mira hacia el este, porque sencillamente Armenia está bajo la sombrilla de Rusia y pertenece a dos organismos de integración claves: la Comunidad Económica Euroasiática (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán), con fines económicos,  y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán), de carácter político-militar.
Tres  datos aportados por Varjebadian son más que contundentes, para explicar la rusificación de Armenia: 1. El 100% del petróleo y gas consumido en Armenia es suministrado por Rusia; 2. Rusia tiene tres bases militares en territorio armenio y las fronteras de Armenia con Turquía y con Irán son protegidas por soldados rusos; 3. La significativa diáspora armenia que reside en Rusia envía una importante cantidad de dinero en forma de remesas  a su país de origen. Armenia es, entonces, parte del área de influencia de Rusia.

Por Alfredo Portillo

alportillo@ula.ve

lunes, 9 de noviembre de 2015

Guerra y paz en el Kurdistán

Como se aprecia en el mapa anexo, elaborado por Laura  Canali y publicado en www.limesonline.com, el pueblo kurdo, desde el punto de vista demográfico,  tiene presencia mayoritaria  en  extensos territorios de Siria, Iraq, Turquía e Irán, y en pequeños territorios de Georgia, Armenia y Azerbaiyán, constituyendo lo que se conoce como el Kurdistán, la tierra de los kurdos. En total, los territorios kurdos suman unos 450 mil km2,  donde habitan más de 30 millones de integrantes del pueblo kurdo.
Guerra y paz en el Kurdistán

El pueblo kurdo, de origen indoeuropeo, tiene especificidades desde el punto de vista de su cultura en general, de su lengua  y de su religión, que lo hacen ser diferente a los pueblos turco, árabe, persa, armenio, georgiano y azerí. El pueblo kurdo ha luchado, durante siglos, por su sobrevivencia, y ha hecho de la resistencia  su modo de vida, de tal  manera que, ya cuando se transita el primer cuarto del siglo XXI, la cuestión kurda adquiere cada día más importancia desde el punto de vista geopolítico.
El pueblo kurdo y su principal dirigencia, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (Partiya Karkerên Kurdistan), liderado por el legendario Abdullah Öcalan, tienen un proyecto geopolítico propio. Aspiran lograr autonomía para la nación kurda en el marco de los Estados que rigen el Kurdistán, sobre la base del llamado Confederalismo Democrático. En tal sentido Öcalan, en su ensayo “Guerra y paz en el Kurdistán”, señala lo siguiente: “El movimiento de liberación kurdo procura para el Kurdistán un sistema de auto-organización democrática en forma de confederación. El Confederalismo Democrático debe ser comprendido como un modelo de coordinación para una nación democrática”. De esta manera, es posible que, en un futuro, los kurdos puedan libremente decir en su propia lengua: Spas!  Bi  xatirêwe! (Gracias!  Hasta pronto!)

Por Alfredo Portillo

alportillo@ula.ve
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