En términos sencillos, un conflicto es un desacuerdo o enfrentamiento entre dos o más personas, grupos, organizaciones o países, como resultado de la incompatibilidad que hay con relación a intereses, valores, necesidades u objetivos.
Un ejemplo de ello es el conflicto que ha existido y existe
entre Venezuela y Estados Unidos, y que durante las últimas semanas ha sido
registrado de manera profusa, por los diferentes medios de comunicación y redes
sociales a escala mundial.
El disparador de este nuevo episodio del conflicto entre
Venezuela y Estados Unidos ha sido la colocación, por parte de la potencia del
norte, de un significativo arsenal de guerra en aguas del mar Caribe, muy
próximo a las aguas marítimas territoriales de Venezuela, algo que ha sido visto
por este país caribeño como una amenaza y un gesto hostil.
Ante un acontecimiento geopolítico de tal magnitud, el
mapamundi se ha puesto en blanco y negro. A las claras se pueden ver las
posiciones manifestadas por diferentes países a escala regional, continental y
mundial, por lo que Venezuela, en buena medida, se ha convertido en el
epicentro de los diferentes alineamientos geopolíticos.
En América Latina y el Caribe países como México, Cuba,
Nicaragua, Colombia y Brasil, se han manifestado en contra de tal presencia
militar por parte de Estados Unidos, en tanto que países como Trinidad y
Tobago, Argentina, Paraguay, Ecuador y Perú, se han pronunciado a favor.
En cuanto a otras latitudes, países que tienen grandes intereses
geopolíticos en los espacios de América Latina y el Caribe, y con peso en el
ámbito geopolítico mundial, han cuestionado severamente la iniciativa de
Estados Unidos. Así lo han hecho saber países como Rusia, China, Irán y Qatar,
como una muestra de que, el pulseo, en el lenguaje del billar, puede ser
incluso a cuatro bandas.
Por Alfredo Portillo
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