viernes, 19 de marzo de 2021

La compleja realidad geopolítica de Birmania (Myanmar)

 

En estos días que corren, de marzo del año 2021, una noticia está  circulando  a escala planetaria, la cual  tiene que ver con los acontecimientos en Birmania (Myanmar), a raíz de la intervención de los militares birmanos, el 1º de febrero pasado, para deponer al gobierno liderado por el Partido Liga Nacional para la Democracia, de la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.  En términos generales, lo que se sabe es que ha habido un fuerte enfrentamiento entre los militares y la población civil que resiste, con un saldo significativo de muertos y heridos.

 

 

Si damos  una mirada a la región del sudeste asiático, nos conseguimos a un país que tiene una superficie aproximada de 676 mil kilómetros cuadrados, que sirven de asiento a unos 55 millones de habitantes. Este país, conocido como Birmania, y también como Myanmar, tiene fronteras con Bangladés, India, China, Laos y Tailandia, y con la bahía de Bengala y el mar de Andamán. La frontera con China se extiende a lo largo de más de 2 mil kilómetros y, como dato adicional, el gigante asiático es el primer socio económico de Birmania, con una proyección de crecimiento a futuro.

Birmania, cuyo PIB es superior a los 300 millones de dólares, es miembro pleno de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático (ASEAN), el foro económico más importante de esta región del mundo, y en su territorio posee valiosos recursos petroleros, gasíferos,  minerales y forestales,  entre otros.

Desde el punto de vista étnico, Birmania se caracteriza por ser un país multiétnico, prevaleciendo la etnia de los bama (birmanos), con casi un 60%  de los habitantes, cuya lengua es la birmana, mientras que desde  el punto de vista religioso,  el budismo, como religión mayoritaria,  es profesada por más del 80% de la población. Todo esto hace recordar una vieja consigna que circula en este país del sudeste asiático: Una nación (Birmania), una lengua (el birmano), una religión (el budismo).

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

 

jueves, 11 de marzo de 2021

Una visión mapuche de la cuestión mapuche

Al momento de realizar un análisis geopolítico,  es decir, un análisis de las rivalidades de poder en el territorio, una de las perspectivas que hay que tomar en cuenta es la visión de los diferentes actores involucrados, en términos de lo que éstos consideran debe ser  la función y el destino de determinado territorio.

Es el caso, por ejemplo, de la visión que tienen los diferentes actores que participan en lo que se  ha dado en llamar la cuestión mapuche, o el conflicto mapuche, que tiene como escenario a la región de La Araucanía, al sur de Chile. Y una visión propiamente mapuche de la cuestión mapuche es la que expresa claramente el historiador chileno Fernando Pairican, en una entrevista que para la televisora alemana DW le hiciera la periodista Pia Castro.

Pairican, quien reivindica la actual línea autonomista del movimiento mapuche, se fundamenta históricamente en la ocupación militar  de los territorios de la nación mapuche perpetrada por el Estado chileno entre 1860 y 1883, y  el no reconocimiento del Tratado de Tapihue de 1825, que le concedía la independencia a este pueblo originario. 

 


Siguiendo el hilo  de la lucha por las tierras librada por el pueblo mapuche durante finales del siglo XIX y el siglo XX, Pairican se enlaza con la actual posición autonomista que exige la devolución de las tierras usurpadas por colonos agrícolas y empresas forestales en la región de La Araucanía, y el control político del territorio mapuche, y cifra las esperanzas en que tal estatus sea reconocido en la nueva constitución chilena, que está en proceso de ser redactada y aprobada.

Finaliza Pairican condimentando su visión de la cuestión mapuche, recordando que en la actualidad, en la sociedad chilena, se vive desde abajo una interculturalidad, en la que la cultura mapuche es más aceptada y compartida por el resto de la población, la cual, en buena medida, ha sido enriquecida por los aportes de los migrantes peruanos y bolivianos de extracción indígena, y por los migrantes haitianos de origen afrodescendiente, por lo cual se puede hablar de Chile como un Estado plurinacional.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

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