sábado, 9 de agosto de 2014

Geopolítica forestal

En la revista Nueva Sociedad, Nº 223 (sep-oct 2009), aparece un artículo escrito por Raquel Alvarado, titulado “La expansión forestal en el Cono Sur”, a través del cual se explica el fenómeno del crecimiento de la actividad forestal en países como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, considerando aspectos como las políticas públicas forestales, geopolítica forestal, los intereses transnacionales y las transformaciones territoriales.
Geopolítica forestal


La autora considera que la expansión forestal en esa región de América Latina, a partir de la explotación con fines comerciales de plantaciones de pino y eucalipto, es el resultado de la existencia de políticas públicas favorecedoras del sector forestal, que datan de comienzos del siglo XX, y de la implementación de una geopolítica forestal diseñada por las grandes empresas de pulpa y papel de los países del Norte, para imponer sobre el mundo en desarrollo un modelo de actividad forestal que permita satisfacer su demanda.
Se estima que el crecimiento sostenido de la demanda de papel alcanzó para el año 2004 los 350 millones de toneladas anuales y que para el año 2020 estará cerca de los 600 millones de toneladas. Los requerimientos de celulosa para papel llevaron a las grandes empresas forestales del mundo desarrollado a expandirse en el Tercer Mundo, privilegiando tres regiones: el Sudeste de Asia, América Central y el Cono Sur. Estas regiones ofrecían varias ventajas para la actividad forestal: condiciones
ambientales favorables al crecimiento rápido de los árboles, abundancia de agua, bajos costos de la tierra, bajo costo de la mano de obra e inexistencia o inobservancia de leyes laborales en el medio rural.
La expansión forestal en el Cono Sur se ha traducido en las siguientes cifras: Brasil ocupa el cuarto lugar mundial en la producción de todos los tipos de celulosa y el primer lugar en celulosa de fibra corta de eucalipto; el sector forestal chileno representa el 4% del PIB y ha crecido a razón de 10% anual en los últimos 15 años; en Argentina existen más de un millón de hectáreas plantadas de pino y eucalipto y las exportaciones de productos forestales han crecido en forma significativa
en los últimos años; la superficie forestada en Uruguay alcanza en la actualidad unas 800.000 hectáreas, lo que representa 25% de los suelos de prioridad forestal.
Los conflictos entre empresas y comunidades locales derivados de la expansión forestal en el Cono Sur, han ido desde simples polémicas a través de los medios de comunicación y foros de discusión pública, hasta enfrentamientos con instancias judiciales y violentos desenlaces. Muchas comunidades indígenas han visto mermados sus medios de subsistencia y algunas han reaccionado violentamente, quemando plantaciones forestales, como es el caso de las comunidades mapuches del sur de Chile. Una manifestación más de la geopolítica, es decir, de las rivalidades de poder en el territorio.

Por Alfredo Portillo.

1 comentario:

  1. A partir de la lignina; un subproducto de la producción industrial de pulpa de celulosa, que es fuente de una gran variedad de productos químicos (entre ellos: fenol, ácido acético, óleos, resinas, formaldehído, metanol y otros) y que en el país las industrias productoras de pulpa, papel y cartón desechan en grandes cantidades, Ysambertt (científico de LUZ), presentó los resultados de una investigación en el III Taller de Biodegradación: «Biomateriales y Nuevas Tendencias», que el Instituto de Investigaciones en Biomedicina y Ciencias Aplicadas «Dra. Susan Tai» de la Universidad de oriente (UDO), en la cual explicó que hay una empresa que lo concentra hasta un 60%, para su uso como biomasa». Dijo que se tiene previsto explotar la madera del bosque de «Uverito», conformado por unas 600 mil hectáreas sembradas de pino caribe, para producir papel periódico, y la idea es hacer pulpado mecánico, lo que significa que se producirán grandes cantidades de lignina, «por lo que se debería ir pensando que hacer con estos residuos que contaminan el ambiente».
    «La ventaja es que Venezuela es una Arabia Saudita en biomasa: lo que es el petróleo para Arabia Saudita, lo es la biomasa para Venezuela con ese tremendo pulmón del Amazonas», subrayó.
    Entonces, la geopolítica forestal pasa ahora a ocupar un puesto aún más estratégico ya que la celulosa la están usando para la generación de biocombustibles. Por ejemplo, la llamada lenteja de agua, que asfixia ahora el Lago de Maracaibo, en vista de que se alimenta de los nutrientes que se generan de la descomposición de las aguas residuales (estas plantas acuáticas pueden absorber y metabolizar gran parte de los componentes que contienen los purines y las aguas residuales) y, por ende, se expande rápidamente, está siendo objeto de investigaciones en la Universidad de Carolina del Norte, donde estudian el empleo de lentejas de agua para la producción de bioetanol. En definitiva, una alternativa más, no alimentaria (y que no requiere tierra para su cultivo), para obtener biocarburantes.

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